Bar Restaurante Filipinas

Leyre Gómez

Relación calidad precio adecuada, ya que los precios son aceptables para una calidad regular. Pedimos dos platos combinados y una ración para compartir, cantidades adecuadas. Lo que mejorariamos sería la atención al cliente ya que atendían con cierta dejadez.

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Caro y malo. Nos sentamos en la terraza y pedimos una caña (de 0,2cl), un botellin de agua y una ración de anchoas. Nos han traído unas anchoas secas incomestibles, en mi vida había visto algo así, duras como una piedra. En las fotos se puede ver que no las podía ni doblar…. A parte de esto, nos han cobrado 1,80 por una ración de pan que no hemos pedido y que estaba duro como la piedra. Hacía tiempo que no tenía una sensación tan mala de un restaurante. En Comillas puedes comer mucho mejor y más barato.

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Realmente asqueroso. Alimentos en dudoso estado por el fuerte olor y cocinados sin limpiar la plancha o cambiar el aceite. La primera vez en mi vida que me levanto de la mesa en un "restaurante" Con la mala fortuna que íbamos con los niños. Hable con la responsable para ver cómo arreglamos el pago ya que no nos comimos los platos y nos cobraron todo. No soy de discutir pague la cuenta y pedí la hoja de reclamaciones. Nunca había rellenado una y mientras lo hacía, los dueños y varios camareros se estuvieron riendo ya que según dicen ellos "ese papel no vale para nada. Seguramente mi peor experiencia en un restaurante, que impotencia!! Es el típico sitio que sigue vivo porque esta bien situado y abusan del turista novato.

Ainhoa Cifuentes

Tanto el servicio como la comida se pueden resumir con una palabra: pésimo. Desde que nos hemos sentado la camarera que nos atendía ha sido bastante desagradable. Ningún tipo de atención o recomendación, mala cara y malas formas. En cuanto a la comida puedo decir abiertamente que ha sido la peor experiencia gastronómica que he tenido en mi vida. Unos chorizos a la sidra que parecía que tenían agua de poza, no hemos querido ni seguir comiéndolos por si estaban malos. Unas almejas en salsa mal hecha con pegotes de harina y sin ningún tipo de sabor y, por último, cuatro raspas pequeñas de una lata de Ventresca con unos pimientos que parecen del Mercadona. No volveremos nunca, debería ser ilegal estafar así a la gente.